Chile: La misión de interpretar a la pluralidad

06.05.2023

Por Elías Macías Paz

El nuevo itinerario constituyente del país sudamericano ya se encuentra en marcha. A diferencia del actual texto constitucional, Chile se avecina al reto de redactar una constitución que nazca de un proceso donde prime la pluralidad y el diálogo.

"Compatriotas, hoy ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de manera fuerte y clara. Nos ha entregado dos mensajes: el primero es que quiere y valora a su democracia […] El segundo […] es que no quedó satisfecho con la propuesta de constitución que la Convención [Constitucional] le presentó a Chile y por ende ha decidido rechazarla de manera clara en las urnas. Esta decisión de los chilenos y chilenas, exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más diálogo, con más respeto y cariño hasta arribar a una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza, que nos una como país"

Con estas palabras, el presidente chileno Gabriel Boric se dirigió a sus compatriotas el pasado 4 de septiembre ante el rechazo mayoritario expresado en las urnas a la propuesta de nueva constitución. Más de 8 de cada 10 ciudadanos acudieron a votar (en el cómputo final se contaron más de trece millones de votos, lo cual convierte al presente plebiscito en el proceso electoral de mayor convocatoria en la historia del país sudamericano) y frente a la disyuntiva de marcar por las opciones "Apruebo" y "Rechazo", el 61,89% se inclinó por la segunda.¹

Bajo este escenario, casi tres meses de negociaciones fueron necesarios para arribar, finalmente, a la firma del "Acuerdo por Chile",² documento que conduce al país hacia una nueva fase constituyente. Desde la conservadora Unión Democrática Independiente (UDI) hasta el izquierdista Partido Comunista (PC), representantes de partidos situados en distintos sectores del espectro ideológico suscribieron el mencionado texto.

El camino hacia una nueva propuesta de constitución

A diferencia del anterior itinerario constituyente, la nueva ruta estipula la conformación de una Comisión Experta con el fin de redactar un texto que sirva como base para la discusión y redacción final de la nueva constitución. Sus 24 miembros, elegidos por el Congreso deben ser personas con una trayectoria "indiscutible" en los ámbitos profesional, técnico o académico y tomarán decisiones por mayoría de 3/5.

De esta manera, el Consejo Constitucional, integrado por 50 representantes³ que serán electos el próximo domingo 07 de mayo, únicamente se encargará de discutir y aprobar la propuesta final -también siguiendo la norma de los 3/5- para una nueva carta magna, la cual será sometida a la ciudadanía el venidero 17 de diciembre mediante un plebiscito. Finalmente, el Comité Técnico de Admisibilidad revisará las normas aprobadas por alguno de los dos órganos recientemente señalados con el objetivo de determinar la inadmisibilidad de alguna de éstas en caso de contrariar las bases institucionales; una serie de principios que no puede traspasar la nueva constitución.⁴

Integrado por 14 juristas, sus miembros pasan por un proceso de selección en el Parlamento bajo un criterio similar al aplicado para elegir a los integrantes de la Comisión Experta, si bien en el presente caso se pide una experiencia profesional mínima de 12 años. Los tres órganos deben estar conformados siguiendo el criterio de la paridad.⁵

De aprobarse el plebiscito constitucional del venidero diciembre Chile se haría con la octava constitución de su historia, reemplazando así a la carta magna vigente, nacida durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet. Adoptada en 1980, desde entonces se ha visto reformada en varias ocasiones, a tal punto que la firma del expresidente Ricardo Lagos (2001-2006) aparece desde que, en 2005, fuera retirada la del general hoy fallecido.

En ese sentido, ante la decisión que tomarán los ciudadanos chilenos sobre el camino que seguirá su país, se torna conveniente realizar un breve recorrido histórico sobre el proceso que atravesó la actual constitución desde su creación en un contexto dictatorial hasta la entrega de mando al primer presidente civil en más de quince años. Precisamente, a lo largo del devenir de su elaboración, aplicación y posterior modificación, Chile dio sus primeros pasos en el desmantelamiento del modelo de "democracia protegida" planteado por el régimen hasta otro que interprete con mayor amplitud al sentir de la sociedad.

El periodo revolucionario: crisis y ruptura democrática

Para 1970, Chile se encontraba atravesando un vertiginoso proceso de transformación social. El crecimiento demográfico, incremento de la población urbana en detrimento del mundo rural, la expansión de la escolaridad y el desarrollo o surgimiento de nuevos sectores estaban reconfigurando el rostro de la sociedad chilena; los habitantes de las "poblaciones callampas", la clase media y el movimiento sindical son claros ejemplos de ello. En el plano político el clima de polarización y la intensificación de los conflictos políticos y sociales sirvieron como contexto para las elecciones presidenciales del mismo año.

Tras el esfuerzo reformista del gobierno democristiano presidido por Eduardo Frei, el socialista Salvador Allende resultó electo presidente como candidato de la Unidad Popular (UP). Abanderado por la coalición izquierdista, superó a los candidatos del centro y la derecha, que concurrieron separados. Sin embargo, el primer gobierno marxista erigido por la vía electoral acabaría prematuramente con un golpe de estado a manos de los militares el 11 de septiembre de 1973.

Ahora bien, según el historiador Loris Zanatta, las razones detrás de dicha caída fueron varias; de hecho, no existe consenso alguno entre los historiadores sobre el peso que tuvo individualmente cada factor. La decisión del gobierno estadounidense de acabar con el régimen a como dé lugar, la división en el interior de la coalición gobernante, la minoría parlamentaria del oficialismo frente al bloque opositor del centro y la derecha y el fracaso de la política económica son las causas más resaltantes.

El periodo contrarrevolucionario: instauración de la "democracia protegida"

Una vez en el poder, fue quedando claro que el nuevo régimen no iba a ser un mero paréntesis de autoritarismo en la historia del país sudamericano.⁶ Con el apoyo de tecnocracias civiles, las fuerzas armadas inauguraron en América Latina la aplicación de las recetas neoliberales para la recuperación económica, prevalecientes durante las décadas venideras.

Sin embargo, las transformaciones no sucedieron únicamente en el ámbito económico. Críticos con el período democrático que los había precedido, el proceso iniciado manu militari desembocaría finalmente en un régimen político distinto; las Fuerzas Armadas jugarían un rol tutelar bajo los parámetros de la "democracia protegida". Son claros ejemplos su mayoría en el Consejo de Seguridad Nacional, la limitación de las facultades presidenciales en el nombramiento de sus altos mandos, la presencia de senadores designados, el rol restringido de las agrupaciones políticas, la prohibición de partidos marxistas, entre otras.

Todo ello institucionalizado a través de la Constitución de 1980, que fue elaborada de la siguiente manera: el borrador creado por la comisión encargada pasó por modificaciones en el Consejo de Estado, las cuales en su mayoría terminaron eliminadas a manos de la autoridad. En un proceso sin garantías mínimas, el texto constitucional contó con la mayoría de votos a favor de su aprobación.

Negociación y transición: el desmantelamiento de la democracia protegida

Presidentes electos en Chile desde la vuelta de la democracia.
Presidentes electos en Chile desde la vuelta de la democracia.

El triunfo de la opción "No" en el Plebiscito de 1988 -estipulado en la Constitución- implicó que el general Pinochet continúe al frente del gobierno un año más y no ocho, como se defendía desde el "Si". Bajo dicho escenario, los acercamientos entre el régimen y la oposición dieron como fruto un acuerdo destinado a reformar la Constitución con miras a democratizarla. Al año siguiente, un total de 54 modificaciones fueron aprobadas mediante un plebiscito; la igualdad entre integrantes militares y civiles en el Consejo de Seguridad Nacional, la limitación de sus facultades y la eliminación de las normas que impedían la participación de agrupaciones marxistas son claros ejemplos.

Sin embargo, el nuevo régimen democrático debió convivir en los años siguientes con restos del periodo autoritario. En sus últimos quince meses, el gobierno de Pinochet promulgó 226 leyes que limitaron el accionar del siguiente gobierno, electo a finales de 1989 e integrado parcialmente por aquellos sectores desalojados del poder en la década pasada. Agrupados dentro de la centroizquierdista "Concertación de Partidos Por la Democracia", el abogado democristiano Patricio Aylwin fue elegido presidente.

Bajo este panorama, el ahora exmandatario continúo ejerciendo como jefe del Ejército, mientras que el nuevo oficialismo ejerció una mayoría parlamentaria atenuada por la presencia de nueve senadores designados y la aplicación de un sistema electoral favorable a la representación de la primera minoría, el bloque de la derecha.

¿Ruptura con el ciclo histórico?

Ante las decisiones que deberán tomar los ciudadanos chilenos -primero mediante la elección de los 50 consejeros constitucionales en mayo y posteriormente con el plebiscito constitucional de diciembre- se abre una encrucijada para definir el proyecto que enmarcará el devenir su sociedad en tiempos venideros. Sin caer en el determinismo, el historiador Rafael Sagredo en su libro "Historia Mínima de Chile" identifica ciclos históricos que se han venido repitiendo desde hace tres siglos.

Períodos de expansión, crisis y autoritarismo se han sucedido continuamente; a tiempos de bonanza económica, posicionamiento de nuevos grupos sociales y una mayor apertura hacia la pluralidad política terminan deviniendo en crisis que, desde el plano institucional, terminan siendo resueltas recurriendo a la figura del "hombre fuerte" y al gobierno dictatorial. Superar dicho proceso de tal manera que la institucionalidad democrática no se vea sensiblemente afectada requerirá de la madurez política suficiente para generar acuerdos que vayan más allá de los propios horizontes ideológicos.

Notas

  1. El voto fue obligatorio, regla que no se aplicaba en Chile para elección alguna desde la implementación del voto voluntario en 2012.
  2. Firmado el último 12 de diciembre.
  3. Número que puede aumentar si los votos para los candidatos a representantes de la circunscripción nacional indígena alcanzan, como mínimo el 1,5%, respecto al total de los votos válidamente emitidos a los candidatos de los 16 distritos electorales restantes.

  4. En materia de la configuración del Estado chileno, el reconocimiento del país como una república democrática y de la nación chilena como "una e indivisible", la bicameralidad del Congreso, derechos y libertades fundamentales, soberanía nacional, la consagración del terrorismo como contrario a los derechos humanos, pueblos indígenas, subordinación de las fuerzas armadas y del orden al poder civil, órganos autónomos, emblemas nacionales, estados de excepción constitucional y medioambiente.

  5. Igual cantidad de miembros por ambos sexos.

  6. Donde no faltó la represión a opositores.

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