Joe Manchin, la llave del senado estadounidense

11.08.2022
Por Juan Manuel Vega

La frágil y ajustada mayoría demócrata en la cámara alta estadounidense se ha visto amenazada en los últimos tiempos por las posiciones de uno de sus miembros, el senador por West Virginia Joe Manchin. ¿Cuáles son sus visiones? ¿Qué perdió la Casa Blanca con sus disidencias?

El 5 de enero de 2021 se llevaron a cabo elecciones a senadores en el estado de Georgia, donde los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff se impusieron con un estrecho margen a los entonces senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue respectivamente. Con ambas victorias los demócratas se aseguraron el "número mágico" de 50 senadores sobre 100, con lo cual la recientemente electa vicepresidenta Kamala Harris podía desempatar en favor del oficialismo. Finalizaba así el proceso electoral federal; el Partido Demócrata se quedaba con la Casa Blanca y con ambas cámaras del Congreso.

Sin embargo, un detalle haría tambalear esa frágil mayoría conseguida en el senado: las posiciones en disidencia de Joe Manchin, senador demócrata por el estado de West Virginia. Conocido por sus posturas políticas moderadas y por tener puntos en común con sus colegas republicanos, Manchin ha hecho caer varias iniciativas presentadas por el presidente Biden en la cámara alta del Congreso. Pero ¿quién es Joe Manchin, y por qué se opone a las políticas de Biden?


Perfil abreviado de Joe Manchin

Ex gobernador de West Virginia entre 2005 y 2010 y senador desde ese año, Manchin es uno de los exponentes más destacados del ala moderada del Partido Demócrata. Su estado es uno de los más republicanos del país: en 2020 Donald Trump ganó en West Virginia con un 68,62% de los votos. ¿Cómo un demócrata como Manchin logra ser electo y reelecto como senador en un estado tan furiosamente republicano? La respuesta está en las particulares visiones políticas de Manchin, que lo hacen fácilmente distinguible de otros demócratas: es frecuentemente señalado por la prensa como "el más republicano de los demócratas".

Manchin es un demócrata de la "vieja escuela", más empeñado en representar a su estado que a su partido y, en ese sentido, plenamente identificado con la importante industria minera de West Virginia, donde el carbón es una de las principales actividades económicas. Pero además, en su actividad privada se ha desempeñado como comerciante de carbón y sigue identificado con ese negocio: en 2021 obtuvo 500.000 dólares de ganancias en acciones de su compañía de carbón. No es difícil entender, entonces, por qué Manchin constantemente se opone a las políticas regulatorias ambientales y a cualquier intento de promover energías alternativas. Es un férreo defensor de los combustibles fósiles y de las industrias del gas y petróleo; fue el senador que más fondos de campaña recibió de estas industrias.

En lo social, Manchin es católico al igual que el presidente Biden. Pero, a diferencia del mandatario, el senador se opone al aborto y al matrimonio entre personas del mismo sexo. Tras la anulación del fallo Roe v. Wade por parte de la Corte Suprema estadounidense, los integrantes demócratas de la cámara alta intentaron codificar el derecho al aborto pero Manchin se opuso.

Manchin es insistente en encontrar consensos y soluciones bipartidistas. Su trabajo en conjunto, tanto con sus compañeros demócratas como con senadores republicanos, es asiduamente destacado por sus pares. Esto se evidenció en dos instancias: la primera, cuando fue el único senador demócrata que votó el pliego del polémico candidato a juez de la Corte Suprema Brett Kavanaugh, propuesto por Donald Trump; y la segunda cuando cruzó un límite al apoyar la candidatura a la reelección de la senadora republicana por Alaska Lisa Murkowski, una moderada que tendrá una interna muy dura en su estado. No obstante, también ha recibido duras críticas de sus compañeros: el senador progresista Bernie Sanders lo acusó de "sabotear la agenda del presidente Biden".


El obstruccionismo como estrategia política

Como era de esperarse teniendo en cuenta sus posturas políticas, Manchin hizo caer varias iniciativas claves de la administración Biden, consideradas vitales por el presidente. Es consciente de que enfrentará una elección difícil en 2024 y sus chances de ser reelecto como senador son escasas, por eso aprovecha estos últimos años de mandato para imponer su agenda y jugar su propio juego.

Una de estas iniciativas fue la pretendida abolición del filibusterismo, a la cual Manchin se opuso férreamente. El filibusterismo es una táctica de objeción parlamentaria en la cual se necesitan 60 votos sobre 100 senadores para pasar algunas leyes; táctica que usualmente es vista como obstruccionista. Para Biden era fundamental eliminar o atenuar esta técnica, ya que los demócratas frecuentemente sostienen que se utiliza para "obstaculizar cualquier tema en el que haya desacuerdo partidista". Sin embargo, por sus posiciones políticas moderadas y por su predisposición a construir puntos de encuentro con los republicanos, Manchin es un enérgico defensor del filibusterismo, al cual ve como una instancia inmejorable de construir consensos. Sobre esta táctica, sostuvo:

No hay ninguna circunstancia en la que vote para eliminar o debilitar al filibustero. Ha llegado el momento de poner fin a estos juegos políticos y de iniciar una nueva era de bipartidismo en la que encontremos puntos en común en los principales debates políticos que enfrenta nuestra nación.

En materia ambiental, ya se explicó en párrafos anteriores que Manchin se opone abiertamente a las regulaciones ambientales y al uso de energías alternativas. Pero precisamente esas posturas han hecho caer también importantes proyectos relativos al cambio climático. Ya adelantó su oposición absoluta a la agenda contra el cambio climático que impulsa la Casa Blanca y que estipulaba un alza en los impuestos a las grandes corporaciones y a los individuos más ricos para financiar dicha agenda, argumentando que es una medida que aumentaría la inflación.

Manchin también derribó el ambicioso plan de desarrollo económico y social diseñado por la Casa Blanca denominado Build Back Better (Reconstruir Mejor), que se estipuló con un costo de 1,75 billones de dólares. La iniciativa incluía amplias disposiciones sobre seguridad social y de distribución de la riqueza, pero también estipulaba varios compromisos ambientales, entre ellos reducir la explotación de minas de carbón y promover las energías solar y eólica -consideraba 500.000 millones de dólares para programas de energía renovable-. Manchin aseguró que se oponía a este plan por "su alto costo, porque elevaría la inflación y se prestaría a que mucha gente abuse de la ayuda social que se contempla dar a las familias con niños". Sin embargo, sus ya conocidos vínculos e implicancias con la industria carbonífera hacen dudar si realmente el gasto público, el déficit y la inflación son los motivos reales de su tan inflexible oposición al plan.


Kyrsten Sinema: otra moderada en el senado

Manchin no es el único demócrata moderado en la cámara alta: su colega Kyrsten Sinema, senadora por Arizona, usualmente lo acompaña en sus cruzadas centristas que emprende contra la Casa Blanca. Sinema obtuvo su banca en 2018, siendo la primera demócrata en llegar al senado por Arizona desde 1988. Su estado, otrora un tradicional bastión republicano, se ha vuelto mucho más competitivo en los últimos años: en 2020 Biden se impuso en las elecciones presidenciales en Arizona, y el demócrata Mark Kelly triunfó en la otra elección senatorial.

La elección de Sinema al senado generó un enorme entusiasmo entre los demócratas de Arizona, pero pronto ese entusiasmo se apagó al evidenciar sus posturas moderadas a la hora de votar en el senado. Al igual que Manchin, Sinema se opuso al plan Build Back Better y a la modificación del filibusterismo.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar