JxC ganó en Chubut: Un final de infarto que marcó varios hitos

Conmocionada por un repentino temporal que provocó destrozos y casi puso en duda el proceso, la provincia del Chubut votó este domingo en la que será la última elección para gobernador antes de las PASO nacionales del 13 de agosto. En un escrutinio tenso, lento y ajustado, el senador Ignacio "Nacho" Torres, del PRO, derrotó al intendente de Comodoro Rivadavia y candidato de consenso del peronismo, Juan Pablo Luque. ¿Cómo se dio la elección? ¿Qué hitos se marcaron y qué significa?

La provincia (que eliminó las PASO antes de esta elección) eligió gobernador y vice, así como 27 bancas de la legislatura provincial (con un sistema de mayoría automática) y varias autoridades municipales. Aunque el temporal del sábado por la tarde puso en duda la realización de las elecciones e hizo temer por la participación, la jornada se desarrolló con normalidad y se consideró en gran medida exitosa y tranquila. No obstante, el escrutinio provisorio se realizó muy lentamente y no estuvo completo hasta bien entrada la madrugada.

La publicación de resultados comenzó pasadas las 21 hs y mostró a Torres en todo momento a la cabeza, beneficiado por contundentes victorias en regiones del interior y en algunas ciudades medianas. Sin embargo, la proyección de votos en Comodoro (depositaria de un 35% del electorado y punto fuerte para el peronismo) hizo remontar a Luque y fue acortando considerablemente la distancia entre ambos candidatos. La tendencia no fue irreversible hasta pasada la madrugada (cuando se hubieron contado más del 90% de las preferencias) y Torres terminó imponiéndose con un 35,71% del voto total, lo que lo convierte en el gobernador de Chubut elegido con menor porcentaje de votos desde la restauración de la democracia.

Nacido en Trelew y con solo 35 años de edad, Torres se perfiló como una joven promesa para el PRO en una provincia donde el partido amarillo recién comenzaba a surgir. Su primera experiencia en la función pública se dio en 2015, cuando fue nombrado director ejecutivo de PAMI en Chubut. En 2019 logró resultar electo diputado nacional y en 2021 se impuso en las internas de Juntos por el Cambio ante el radical Gustavo Menna (hoy su compañero de fórmula y vicegobernador electo) para la renovación de senadores nacionales, obteniendo un sólido triunfo sobre las dos vertientes del peronismo.

El peronismo lleva más de una década dividido entre el espacio conducido por el difunto Mario Das Neves y su sucesor, Mariano Arcioni, y el PJ nacional. Pese a estos enconados enfrentamientos, el peronismo chubutense comenzó su reorganización y reunificación a partir de la profunda crisis que experimentó la provincia poco después de la reelección de Arcioni en 2019, con duras protestas por parte del golpeado sector docente. Tras una serie de guiños mutuos entre el PJ y el arcionismo, se logró una unidad total de cara a estos comicios bajo la candidatura de Luque, con el vicegobernador en ejercicio Ricardo Sastre buscando la reelección como su compañero de fórmula.

Aunque ajustada, la elección resultó en un rotundo desastre para el peronismo. Hacía dieciséis años que la competencia en Chubut se daba mayormente entre candidatos peronistas, con el radicalismo como una tercera fuerza casi testimonial. Las elecciones de 2011, 2015 y 2019 se definieron entre un candidato del PJ nacional y un candidato del arcionismo/dasnevismo, reuniendo ambos espacios entre un 75 y un 80% de las preferencias. Ahora, unificados por el peligro que representaba Torres, no solo no le pudieron ganar sino que se les licuó más de la mitad del voto obtenido en 2019, con un 34,11% de los votos.

En plano municipal fue favorable a JxC, que retuvo las intendencias de Rawson (la capital provincial), Esquel y Gaiman, y logró arrebatar al peronismo la intendencia de El Hoyo. Previamente en abril, en una elección desdoblada, ya habían logrado desalojar al oficialismo en la segunda ciudad más poblada, Trelew. Por su parte, el peronismo se contenta con haber retenido sus bastiones en Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn (tierra del vicegobernador Sastre). Sin embargo, la derrota hizo temblar ambas hegemonías y el frente justicialista triunfó en las dos ciudades con márgenes bastante deslucidos (41% en Comodoro y 38% en Madryn).

Por fuera de JxC y el peronismo, la elección vio una fuerte irrupción del espacio de Javier Milei con el empresario César Treffinger, que cosechó un 13,18% de las preferencias y logró el segundo puesto en algunas localidades, incluyendo Rawson, aunque solo ganaron la intendencia de una pequeña comuna rural, Buen Pasto, en la que JxC no presentó candidato. La verdadera meta de Treffinger está en las elecciones nacionales, en las que concurre como precandidato a diputado pegado a la boleta de Milei. Chubut renueva tres bancas este año y, de repetirse el resultado de la elección provincial en el orden nacional, al abanderado de La Libertad Avanza le faltarían algo más de 15 mil votos para ser electo diputado.

Aunque el propio Milei no se expresó sobre el resultado, siguiendo una política de prudente distancia con los armados provinciales para ahorrarle las humillaciones sufridas en La Rioja (donde su candidato, Martín Menem, fracasó en obtener el segundo puesto como deseaba pese a tener un buen desempeño) y Tucumán (donde respaldó abiertamente a Ricardo Bussi y este salió diezmado), la cuenta oficial de La Libertad Avanza felicitó tibiamente a Treffinger por su performance electoral. El no haber perdido por paliza es de todas formas un alivio, pues negar completamente al candidato les sería imposible en esta instancia debido a que sigue siendo candidato de ellos en otra elección venidera.

Por último el Frente de Izquierda, que concurrió unido en la provincia por primera vez con la candidatura de Emilse Saavedra (del MST), también tuvo una elección destacada con un 4,77%, lo que le permitió además conquistar una banca en la legislatura provincial de la mano de Santiago Vasconcelos, del Partido Obrero. Aunque todavía reducido a expresiones marginales, el desempeño provincial del FIT ha sido bastante positivo para los estándares de la izquierda, sobre todo en un año electoral de renovación ejecutiva (en los cuales la fuga de sus votos al peronismo suele ser mayor). Así ha logrado ingresar por primera vez en dos legislaturas provinciales (Neuquén y ahora Chubut), logró retener la representación en Jujuy y Córdoba y tiene ciertas expectativas para Buenos Aires y CABA.

Respecto a la participación, a pesar de que el fenómeno abstencionista estuvo presente (votó un 69,28% del electorado, cuatro puntos menos que en 2019), no fue tan marcado como se temía y el temporal en Comodoro Rivadavia no influyó demasiado (la participación en dicha urbe fue casi la misma). Sin embargo, no deja de ser un dato destacable y a esto se le puede sumar más de un 10% de votos en blanco o anulados. El descontento con la clase política en una provincia afectada por numerosos traumas sociales, educativos y sanitarios es notorio y se refleja en que aproximadamente dos de cada cinco chubutenses no votaron por ninguna opción.

Debido a lo ajustado del proceso, el oficialismo tardó en reaccionar al resultado. Luque proclamó durante la mayor parte del escrutinio que sus propios datos lo ponían arriba por 800 votos, y declaró su intención de esperar hasta el escrutinio definitivo. La posibilidad de un conflicto postelectoral se mantuvo latente hasta casi el mediodía, cuando finalmente el abanderado oficialista reconoció la derrota y felicitó a Torres.

Chubut está acostumbrada a los escrutinios ajustados desde el comienzo. Ya en 1983 se requirió (por primera vez en la historia argentina) un recuento electoral informático para determinar el triunfo del radicalismo en las primeras elecciones democráticas. En 2011 y 2015 se dieron competencias durísimas entre el dasnevismo y el kirchnerismo que terminaron en denuncias de fraude y anulación de mesas. Llegamos entonces a este proceso, que por lo pronto pareciera coronarse el más cerrado del año electoral.

Si bien se trató de una elección provincial con una campaña enfocada en cuestiones locales, su impacto nacional es indudable. Cuando todavía no estaba confirmada la victoria, a la provincia ya habían llegado Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Su objetivo era buscar la ansiada "foto de unidad en la victoria" (que se perdieron la semana pasada cuando el radical De Loredo no pudo ganar la intendencia de Córdoba Capital) y mostrar un frente unido por última vez antes de las PASO.

Se trata de la tercera provincia que Juntos por el Cambio arrebata al peronismo en lo que va del año electoral (tras San Juan y San Luis) y se suma así a Jujuy (retenida por el radicalismo) y Corrientes (que ya votó en 2021). Descontando que retendrán Mendoza y CABA, sus probables triunfos en Santa Fe y Entre Ríos y las posibles victorias en Chaco y Buenos Aires, JxC empezaría el 2024 como la coalición con más gobernaciones, siendo así la primera vez que el PJ no controla la mayoría de los ejecutivos provinciales.

La derrota asesta un duro golpe al oficialismo nacional. A pesar de que se trata de un distrito de escaso caudal electoral (algo más que el 1% del padrón), Arcioni era una figura fuertemente ligada a Sergio Massa y la caída con todo el peronismo encolumnado en la última elección antes de las PASO pone en entredicho la narrativa del oficialismo de que su candidatura puede ser la más votada el 13 de agosto.

La ocasión tenía además la carga de que Torres pertenece al PRO. En un contexto en el que la UCR tiene chances de duplicar sus gobernaciones, en el que la provincia de Buenos Aires no está garantizada para Santilli y con Lousteau representando una amenaza algo remota (pero no por eso despreciable) para el macrismo en la Ciudad, el partido amarillo finalmente se ha garantizado al menos un gobierno provincial a partir de diciembre. Esto se da encima en una provincia en la que nunca habían llevado candidato propio.

Sin embargo, la foto de unidad y los festejos no estuvieron exentos de los problemas provocados por la interna. Luego de que Bullrich diera su discurso felicitando a Torres, la multitud de militantes del PRO prorrumpió en vítores a su favor estando Larreta presente, provocando un incómodo momento que la precandidata buscó relajar enfocando la atención en el gobernador electo. Queda más que claro que las divisiones dentro de JxC en general y del PRO en particular son cada vez más difíciles de controlar.

Luego de un período de chicanas y demonización casi irreconciliables, la recta final de la campaña ve un dificultoso esfuerzo por parte de ambos precandidatos para preparar el terreno posterior a las PASO y evitar que los dardos lanzados le jueguen en contra a la coalición en octubre. Numerosas encuestas y estudios pronostican una fuga de votos de Larreta a Massa (o en menor medida a Schiaretti) y de Bullrich a Milei si cualquiera de los dos grupos de electores viera a su primera opción derrotada en agosto. Estará por verse si logran revertir esta situación, retener en agosto el 40% obtenido en 2019 y 2021 y buscar preservarlo unido en las elecciones generales.